jueves, 24 de junio de 2010

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Cuando le dieron la noticia sintió que su habitación se hacia mas pequeña, casi a la mitad de su tamaño. No, menos, menos de la mitad. Sus juguetes, uno a la vez, haciendo un ruido espantoso empezaron a romperse frente a sus ojos sin que él pudiera hacer nada para detener aquel desastre. No logró pronunciar palabra cuando escuchó la novedad, no le quedaba más que aceptarla, enfrentarla, igual sucedería, ya había sucedido, ya era una realidad hecha carne pero no entendía porque tenia que oír aquellas frases, justo en ese momento de su vida, cuando todo era maravilloso a su alrededor. Se quedó solo en su habitación, esa que se volvía más y más pequeña. Se sentó en su cama, que ya no sería mas su cama, tendría una más grande, una más hermosa, una que no seria su cama, la que conocía, la suya, la de siempre.
Estaba confundido, paralizado, choqueado, no podía entender con sus cuatro años que iba a tener un hermanito, justo a sus cuatro años.
Miró todo a su alrededor y se sintió angustiado, tendría que compartir todo, toda la vida.

Cuando le dieron la noticia sintió que su habitación se hacía más pequeña, casi a la mitad de su tamaño. No, menos, menos de la mitad y respiró más tranquilo. Le quedaba enorme su cuarto, le era insostenible tanta inmensidad, agradecía al cielo que los espacios se achicaran un poco. Sus juguetes, uno a la vez, haciendo un ruido espantoso empezaron a romperse frente a sus ojos, sin que él pudiera hacer nada para detener aquel desastre. Comenzó a reír sin poder parar, tanto reía, que de sus ojitos comenzaron a caer lagrimas de felicidad y su cuerpo no pudo sostenerse, calló al suelo y se revolcaba de placer. No logró pronunciar palabra cuando escuchó la novedad, no entendía porque tenía que oír aquellas frases y esperar tanto tiempo para poder disfrutarlo. Justo en ese momento de su vida, cuando todo era maravilloso a su alrededor, cuando él pensaba que más no se podía pedir.
Se quedó solo en su habitación, esa que se volvía más y más pequeña. Se sentó en su cama, que ya no sería mas su cama, la que conocía, la suya, la de siempre, tendría una mas grande, una mas hermosa. Estaba confundido, paralizado, choqueado, no podía entender con sus cuatro años que iba a tener un hermanito, justo a sus cuatro años.
Miró todo a su alrededor y se sintió aliviado. ¡Compartiría todo, toda la vida!

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