jueves, 10 de mayo de 2012

VIAJANDO

El que viaja entiende, lo que es y lo que no es. Entiende que el destino lo desafìa a tal punto de ahorcarlo y justo antes de dejarlo sin aire, lo suelta para hacerlo caer en una red y acojerlo como un bebe, dándole un placer inmenso. El que viaja se arriesga a la perdida de sí mismo y al encuentro de un otro, sin dejar de ser. El que viaja conoce lo desconocido de sí. El que viaja crece, aunque no quiera. Se mete en bretes sin saber salir aireoso pero sale y sigue. El que viaja y es generoso, comparte e invita a viajar. Se le agranda el alma, se le hace insiginificante la prescencia física para imponérsele con fuerza el alma del existir y la escencia del universo. El que viaja disfruta, sufre, observa, conversa, camina, se va por lugares nuevos. Se silencia, se encuentra una y otra vez consigo mismo sin poder reconocerse y sabiendose más él que nunca. Y la que viaja...TAMBIÉN! 28 de enero 2012

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